Rotó bancas el FIT y Ariel Moreno asumió como diputado en la legislatura bonaerense

Con el casco de trabajo en una mano y la bandera palestina en la otra, Ariel “Ari” Moreno juró este jueves como diputado provincial por el PTS–Frente de Izquierda Unidad en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. La imagen de su asunción condensó su recorrido: un delegado obrero que llegó al recinto acompañado por sus compañeros de lucha y que puso su banca al servicio de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y los jubilados.

Desde los palcos, una delegación nutrida de trabajadores de Secco, Georgalos, Astillero Río Santiago, GPS Aerolíneas Argentinas y otros sectores acompañó la asunción, junto a referentes del PTS como Nicolás del Caño y Raúl Godoy, histórico obrero de Zanón.

Al tomar juramento, Moreno lo hizo con palabras que arrancaron una ovación de pie de los trabajadores y jóvenes qué agitaban desde los palcos: “Por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, por el alto al genocidio y una Palestina libre desde el río hasta el mar; por la lucha de los trabajadores en la Argentina y el mundo, contra la precarización laboral, por la defensa ambiental y la energía como un derecho, y por un gobierno de las y los trabajadores y el socialismo, ¡sí juro!”.

La banca que ocupa desde este jueves es parte de la rotación del Frente de Izquierda Unidad. Un puesto de lucha de las y los trabajadores: “Es la continuidad de la pelea que dimos en cada conflicto. Venimos a esta Legislatura a defender a quienes enfrentan los despidos, la precarización y el ajuste de Milei, el saqueo del FMI y los empresarios y a todos sus cómplices”.

¿Quién es el diputado “bombero de la luz”?

Ariel Moreno nació y se crió en una familia trabajadora de Rafael Castillo, en La Matanza. Su acercamiento a la militancia política se dio tras el asesinato de Mariano Ferreyra por parte de una patota de la burocracia sindical de la Unión Ferroviaria, un hecho que marcó a toda una generación de jóvenes.

Hace más de una década entró a trabajar en la empresa de energía Juan F. Secco. Allí comenzó junto a sus compañeros una pelea cotidiana contra la precarización laboral: primero por condiciones mínimas —“un baño”—, y luego por el pase a planta permanente y la elección de delegados, que conquistaron con organización y asambleas. Ese método democrático es una marca registrada “bomberos de la luz”, símbolo de resistencia obrera en la región.

Sus peleas trascendieron siempre los límites de su fábrica. Ariel junto a sus compañeros se solidarizaron con los trabajadores de AGR-Clarín y PepsiCo, con los jubilados que cada miércoles reclaman en Plaza de Mayo, con estatales despedidos, con los hospitales Posadas y Garrahan, con la defensa de la universidad pública y en cada movilización contra la Ley Bases y los vetos de Milei. Es tal la solidaridad de los trabajadores de Secco que en una charla entre compañeros recordaban que «estábamos organizados para participar de las acciones de solidaridad como si fuera un turno de trabajo. Uno se iba cuando lo relevaba el compañero».

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