Todo arte de la guerra se basa en el engaño (Sun Tzu)
“En Kherson, hoy a las 5 de la mañana, hora de Moscú, se completó la transferencia de unidades de tropas rusas a la orilla izquierda del río Dniéper. En la margen derecha no quedaron unidades ni equipo militar ni armamento. Todos los soldados rusos cruzaron a la orilla izquierda del Dniéper”, según el anuncio del Ministerio de Defensa ruso el viernes 11 de noviembre de 2022, el aniversario del Día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, 1918.
Junto con esta noticia, en donde la prensa occidental no se cansó de poner a cuatro ucranianos con banderitas, Ucrania retoma Kherson –para nosotros Jersón–. Forzada por las exitosas contraofensivas ucranianas, Rusia no solo entregó una parte significativa de la región ucraniana casi anexionada, sino también la capital provincial estratégicamente. De forma irónica, la ciudad de Jersón es la victoria más significativa de Ucrania desde la operación de recuperación Izyum-Lyman, de septiembre de 2022, y el mayor triunfo de Kiev hasta la fecha en la lucha contra los invasores rusos. Con esta victoria los medios occidentales comenzaron a tener filtraciones extrañas y todas en un sentido, conversaciones de paz, ¡¡¡¡ahora con el triunfo!!!!
Hay demasiadas cosas extrañas en semejante retirada, tanto del lado ucraniano y occidental, que no cree que Rusia se haya retirado, sino que es una simple treta para ganar tiempo, o lo fácil que resultó trasladar al ejército de una a otro margen del río, con la artillería enemiga a sus espaldas sin que ningún ruso sufriera un rasguño. Lo que sucedió fue una retirada ordenada de las fuerzas rusas de la orilla occidental del río Dniéper, prácticamente sin reportes de bajas y sin ningún esfuerzo serio por parte de las fuerzas ucranianas para explotar la retirada.
Al parecer hay una serie de motivos que comenzaron a resquebrajar en el frente occidental, no solo lo relacionado con temas económicos –inflación, pérdida del poder de compra, desempleo, caída del PBI, valores de la energía y abastecimiento, para el mundo–, sino con lo que se llama fatiga bélica europea.
El apoyo militar estadounidense a Ucrania asciende a más de 18.000 millones de dólares, lo que supera significativamente la ayuda europea. Pero los depósitos de armas occidentales se han vaciado significativamente en los últimos meses. Por esta razón, Occidente anticipan cuellos de botella en el suministro en un futuro próximo. En Europa, pero sobre todo en Alemania, la idea de los que los rusos son malos y Occidente es bueno, tiene sentido. Lo que no lo tiene es que, del lado occidental, no exista una iniciativa para ponerle freno a la guerra. Conversaciones mínimas, proyecto, tentativas, opciones de una mesa de dialogo, no hay una sola, únicamente discusiones de la cantidad de armamento para seguir con la matanza.
El 78% de la población alemana quiere ver negociaciones, y un número similar cree que Alemania ha hecho lo suficiente para apoyar a Ucrania. Se estima que 1,3 millones de refugiados ucranianos han llegado a Alemania y reciben seguridad social inmediata, atención médica gratuita y refugio de emergencia; la capital, Berlín, con 400.000 refugiados, ha declarado una emergencia humanitaria.
El otro factor es la situación económica de Ucrania y sus partidarios de Europa Occidental. Ucrania dice que su producción económica ha bajado un 35% año tras año. Eso no está ni cerca de la verdad. El país no tiene ni el trabajo ni el capital para sostenerse a ningún nivel, menos aún el bélico. Depende por completo de las donaciones extranjeras para su capacidad de llevar a cabo la guerra actual y mantener alimentada y vestida a su población cada vez más reducida. Europa Occidental, a su vez, ha llegado al límite de hacer frente a la afluencia de refugiados ucranianos.
Mientras tanto, es probable que se acerque el momento de las negociaciones mencionadas últimamente por Biden, aunque las cosas no serán sencillas si la cámara de representantes es ganada por los republicanos y el senado por demócratas; quedan dos años muy largos y duros. Se dice que Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Joe Biden, le dio a Volodymyr Zelensky un mensaje inequívoco durante su viaje a Kiev el 4 de noviembre de 2022. Washington espera que Kiev esté abierta a una solución negociada y comience a pensar en demandas y prioridades realistas para las negociaciones.
La ofensiva ucraniana está literalmente atascada en el barro y es difícil ver cuánto progreso pueden alcanzar. En pocas palabras: la salida de Serguei Surovikin, el «general Armagedón” de la ciudad de Jersón ha creado un punto muerto estratégico. El tiempo no está del lado de Ucrania. Los esfuerzos a mayor escala para recuperar más territorio que el logrado en Kharkov y Jersón requerirían no solo el flujo continuo de armas de la OTAN, sino también una acumulación de mano de obra.
Los 15.000-20.000 soldados que se están entrenando actualmente en Polonia, Alemania y Ucrania no serán suficientes, incluso si son el doble de capaces que los reservistas rusos que se están incorporando. La evaluación de los americanos tiene que ver con un simple recuento de cadáveres. Ucrania ya no es un país de 42 millones de habitantes, sino más bien un país de 10 millones menos que eso. Del otro lado hay 300.000 reservistas entrenando. ¿Qué pasará cuando estos reservistas arriben a la zona donde se los mande, o se los concentre, para una nueva ofensiva?
La respuesta es más que clara con un general de apodo Armagedón, las cosas no serán sencillas para Ucrania en el invierno, y si los reservistas están listos, los militares occidentales entienden que la contraofensiva será brutal, por lo que comenzar las negociaciones ahora no es una mala idea.
Las evaluaciones de Alemania y Francia son más pesimistas, asumiendo que incluso la paridad no durará mucho, ahora es el momento óptimo para que Ucrania comience a hablar. No cabe duda de que esto fue lo que llevó al asesor de seguridad nacional de EE.UU. Jake Sullivan, a decirle al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky que sí, lo apoyamos por completo, pero bueno, tal vez es bueno que comience las negociaciones.
“Del discurso de Zelensky en el G20 se deduce que no escucha ningún consejo de Occidente sobre las negociaciones con Rusia. Rusia quiere ver pruebas concretas de que Occidente está interesado en disciplinar a Zelensky. La Federación Rusa no se niega a negociar con Ucrania, mientras que las demandas de Kiev son inadecuadas”, dijo el ministro Sergey Lavrov en la cumbre del G20. También dijo que había tenido breves conversaciones en el G20 con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, quienes dijeron que Ucrania estaba interrumpiendo el proceso de negociación con Rusia.
En términos de estrategia, el abandono de la única cabeza de puente rusa de la orilla izquierda/oeste del Dniéper significa que el sueño del Kremlin de tallar un corredor costero de «Novorussia» desde Rostov a Transnistria, eliminando el acceso de Kiev al mar ¿está de facto muerto? No crean todo lo que dice la prensa occidental. Pasar el invierno no parece una buena opción.