Principales conclusiones de la COP29 y el camino a seguir para los países en desarrollo

Principales conclusiones de la COP29 y el camino a seguir para los países en desarrollo

La conferencia anual genera un nuevo impulso para combatir el cambio climático, pero aún queda mucho trabajo para ayudar a las economías en desarrollo a traducir la ambición en soluciones impactantes.

  • Se acordó un objetivo de financiación climática de 300.000 millones de dólares para los países en desarrollo para 2035, lo que marca un paso importante para satisfacer las necesidades mundiales.
  • Se impulsaron marcos de mercado de carbono que sentaron las bases para sistemas de alta integridad.
  • Las políticas comerciales ganaron reconocimiento formal en los debates sobre el clima por primera vez, lo que indica un enfoque más integrado.
  • La puesta en funcionamiento del Fondo de Pérdidas y Daños prepara el terreno para la futura movilización de recursos.
  • Los esfuerzos de adaptación resaltan la importancia de una financiación sostenible basada en subvenciones para las economías vulnerables.

Tras prolongadas negociaciones, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático COP29 concluyó en Bakú (Azerbaiyán) en la madrugada del 24 de noviembre. Si bien no se resolvieron todos los temas de la agenda, se lograron avances en varias áreas críticas, allanando el camino para nuevos avances en la COP30 en Belém (Brasil) en 2025.

Entonces, ¿cuáles son los puntos clave para los países en desarrollo y cómo se pueden aprovechar estos resultados en el próximo año?

La financiación climática recibe un impulso pero necesita más ambición

El logro más destacado de la COP29 fue la adopción de un objetivo anual de 300.000 millones de dólares  para los países en desarrollo para 2035 en el marco del Nuevo Objetivo Cuantificado Colectivo. Si bien esto representa un avance significativo, el análisis de la UNCTAD sugiere que las necesidades de financiación externa podrían aumentar a 1,46 billones de dólares  anuales para 2030.

Para colmar esa brecha, se lanzó la «Hoja de ruta de Bakú a Belém para alcanzar los 1,3 billones de dólares», que ofrece un camino claro para aumentar la ambición en los próximos años. Su éxito dependerá de que los compromisos se traduzcan en acciones.

Mercados de carbono: construyendo credibilidad e impacto

Las cuestiones relacionadas con el lavado de imagen y los impactos sociales han puesto de relieve la necesidad de fortalecer la credibilidad de los mercados de carbono , destacando la importancia de contar con reglas sólidas y transparentes. Como ha destacado la UNCTAD en su último Informe sobre los países menos adelantados , los mercados de carbono, con el apoyo y el diseño adecuados, podrían contribuir positivamente al desarrollo sostenible.

En la COP29 se avanzó en el establecimiento de un sistema mundial de comercio de carbono gestionado por las Naciones Unidas. Este marco tiene el potencial de ayudar a reducir las emisiones y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo sostenible, en particular en los países en desarrollo.

Es necesario seguir trabajando para perfeccionar las metodologías y garantizar unos estándares elevados para los créditos comercializados en el marco de este sistema. También se han logrado avances en materia de normas descentralizadas para el comercio del carbono, pero los expertos han destacado la necesidad de contar con mecanismos de revisión sólidos para mantener la integridad. Será esencial brindar apoyo específico para ayudar a los países en desarrollo a aprovechar plenamente los beneficios de estos mercados.

Trade gets a seat at the climate table

Por primera vez, la COP29 reconoció formalmente el papel del comercio en la acción climática al lanzar un plan de trabajo plurianual que incluye la consideración de los impactos de las políticas comerciales. Esto marca un hito en la integración de las agendas económicas y ambientales.

Como lo destaca la reciente labor de la UNCTAD  sobre la integración de las políticas comerciales y de inversión en los planes climáticos a través de la Iniciativa de Bakú para la Financiación, la Inversión y el Comercio Climáticos , la coherencia de las políticas climáticas y económicas es fundamental.

A medida que se desarrolle esta agenda, será necesario seguir prestando atención a garantizar que las medidas comerciales apoyen, en lugar de obstaculizar, los objetivos de desarrollo.

Adaptación: Fortaleciendo las bases de la resiliencia

La adaptación siguió siendo una prioridad para muchos países en desarrollo en la COP29, y las negociaciones hicieron avanzar el programa de trabajo sobre los marcos nacionales de adaptación. Un aspecto fundamental fue asegurar que la financiación se incluyera como un indicador de progreso, lo que refleja la importancia del apoyo externo para las iniciativas de adaptación.

La financiación basada en donaciones se convirtió en un componente fundamental, como se destacó en una investigación de la UNCTAD . Con más debates programados para la COP30, el desafío será convertir los marcos en iniciativas viables y bien financiadas que fortalezcan la resiliencia.

El Fondo de Pérdidas y Daños está operativo pero necesita ser ampliado

La puesta en marcha del Fondo para Pérdidas y Daños fue un logro histórico, y se prevé que los desembolsos comiencen en 2025. Sin embargo, las promesas actuales de 700 millones de dólares están muy por debajo de las necesidades de 150.000 millones de dólares  anuales estimadas por la UNCTAD. “Esto no se acerca a reparar el daño infligido a los vulnerables”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.

En el futuro, la atención debe centrarse en la movilización de recursos y en generar confianza en la capacidad del fondo para prestar un apoyo significativo a los países vulnerables. Para su éxito a largo plazo será fundamental contar con una financiación innovadora y una participación más amplia de los donantes.

Transición justa: enfoque en las dimensiones globales

Los países en desarrollo destacaron la necesidad de abordar los aspectos internacionales de las transiciones justas, garantizando que los marcos globales se ajusten a sus necesidades de desarrollo. Si bien los debates sobre el Programa de Trabajo para una Transición Justa continúan, ofrecen una oportunidad crucial para promover una acción climática equitativa.

Se espera que las conversaciones se reanuden a mediados de 2025, un momento importante para abordar cuestiones pendientes y generar impulso antes de la COP30.

Mitigación: Fomentar la ambición temprana

Los debates sobre mitigación se centraron en generar impulso tras los resultados de un reciente balance mundial del progreso climático, en el que se evaluó la situación de los países en relación con el cumplimiento de sus objetivos climáticos. Esta revisión en la cop29 está dando forma a la próxima ronda de planes climáticos nacionales , que se presentarán en febrero de 2025.

Los países en desarrollo destacaron la importancia de contar con apoyo financiero y técnico suficiente para aumentar sus ambiciones y alcanzar esas metas. Es alentador que algunas naciones ya hayan comenzado a anunciar planes más ambiciosos, lo que crea una dinámica positiva para el progreso colectivo mientras el mundo se prepara para la COP30.

Creando impulso para la COP30 en Brasil

La COP29 logró algunos avances importantes en la promoción de la acción climática para los países en desarrollo, pero aún quedan lagunas importantes. Cuestiones clave, como la escala de la financiación, la integridad de los mercados de carbono y el apoyo concreto a las iniciativas de adaptación, requieren atención urgente y una acción más decisiva.

El año que viene, Brasil será anfitrión de la COP30, lo que representa una oportunidad crucial para traducir los compromisos en soluciones de impacto. Lograr avances significativos será esencial para garantizar que los países en desarrollo puedan alcanzar sus objetivos climáticos y contribuir a la resiliencia global.

A medida que se acerca el año 2025, el mundo estará atento para ver si esta década crítica para la acción climática puede producir los resultados necesarios para proteger a los más vulnerables y asegurar un futuro sostenible para todos.

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