En la vorágine de emociones que vivimos a diario, muchas veces nos cuesta encontrar formas efectivas de canalizar lo que sentimos. La escritura, más que una actividad creativa, puede convertirse en un acto profundamente sanador. De las estrellas a las letras no es solo cuestión de plasmar palabras sobre papel; es un proceso que nos permite desentrañar pensamientos y emociones que llevamos dentro, transformándolos en un puente hacia el autoconocimiento.
Desde un diario personal hasta una carta que nunca será enviada, escribir ofrece un espacio seguro para liberar cargas emocionales y reflexionar sobre ellas. La práctica diaria de la escritura, sin reglas ni restricciones, abre la puerta a pensamientos reprimidos y ayuda a reconectar con nuestra esencia emocional. Este ejercicio, sencillo y accesible, tiene el potencial de aliviar tristezas, calmar temores y celebrar alegrías, ofreciendo un camino hacia la sanación a través de las palabras.
Todo esto es lo que propone el docente, coach astrológico y escritor Pablo Lendero: un enfoque holístico para explorar emociones y creatividad, ya que ha sabido integrar distintas disciplinas a lo largo de su trayectoria profesional. Tras años trabajando en el ámbito tecnológico y artístico, y con estudios en Intervención en Estructuras Sistémicas en la Facultad de Psicología de la UBA, decidió dar un giro hacia un enfoque más integrador y holístico. Su visión única de la astrología lo llevó a ser parte del portal Entre Mujeres del Grupo Clarín, donde sus textos resonaron en audiencias de América y Europa, destacándose por su habilidad para abordar temas complejos de manera accesible.
Además de su faceta como escritor de notas, en 2014 estrenó Medio Diosa, un unipersonal musical que exploró con humor y profundidad las dualidades humanas. Ahora, con la publicación de su primera novela, Lendero consolida su rol como autor, llevando al papel historias que no solo entretienen, sino que también invitan a la reflexión y la transformación personal.
Una novela que entrelaza música, memoria y redención
En su reciente novela, que publicará en febrero, Pablo Lendero nos transporta a los confines de Tierra del Fuego, donde Julia Varder, una joven cellista, se enfrenta a las sombras de su linaje y a secretos guardados en una caja de música. Guiada por un espíritu atávico, su viaje la llevará desde los paisajes desolados del sur hasta la bulliciosa Buenos Aires, enfrentándose a fuerzas oscuras que buscan silenciar la verdad. La historia de Julia combina el poder de la música como vehículo de sanación y redención con un profundo mensaje sobre la importancia de enfrentar el pasado y sanar heridas.
En palabras del autor, la novela no surgió como un plan preconcebido, sino como un proceso orgánico: “Fue como tropezar con un sendero oculto en medio de un bosque. Empecé con ideas sueltas que insistían en hacerse escuchar y, poco a poco, comenzaron a conectar entre sí, como si compartieran un lenguaje secreto. Sin darme cuenta, las piezas se unieron y fluyeron con naturalidad, como un río que dibuja su propio mapa”, describe.
Para Lendero, escribir es mucho más que un acto creativo: “La escritura, para mí, es una alquimia silenciosa, un proceso en el que las emociones encuentran su cauce y se transforman. A través de ella, he aprendido a resignificar aspectos de mí mismo que en el pasado fueron señalados como defectos, como mi imaginación desbordante. Hoy, esa capacidad creativa es una fortaleza que me permite explorar nuevas dimensiones de mí mismo y del mundo que me rodea.”
El proceso creativo avanzó lentamente hasta que un día todo cambió. Lendero recuerda: «Mientras veía una entrevista en el streaming de Olga, una frase disparó una idea que transformó por completo el rumbo de la historia. Fue como si todo comenzara a encajar: los personajes, las tramas y las escenas emergieron con sorprendente fluidez, como si la historia misma pidiera ser contada.»
A partir de ese momento, cada paso en la escritura se convirtió en un disfrute profundo. Los giros de la trama y los detalles que daban vida a la narrativa surgieron con coherencia y naturalidad. «La novela fue no solo un viaje creativo, sino también un proceso sanador. Me llevó a encarar el desafío de autogestionarme, de asumir mi proyecto con pasión y buscar hacerlo sustentable. Escribir esta historia me permitió resignificar mi capacidad creativa y abrazarla como una herramienta transformadora tanto en lo personal como en lo profesional.» Y todo este proceso de transformación que vivió fue “largo y casi inadvertido al principio”. “Durante años, estuve escribiendo artículos relacionados con mi profesión anterior, el coaching astrológico, y eso me dio cierta práctica con la escritura. Además, en 2014 escribí un unipersonal para teatro, y más tarde un libro sobre inteligencia emocional desde la perspectiva de la luna en la carta natal. Sin embargo, no me pensaba como escritor; esa posibilidad no estaba tan clara ni presente en mí. Ahora, al mirar hacia atrás, veo que en mi trabajo con los pacientes había estado entrenándome sin darme cuenta. Tenía que crear constantemente analogías, pequeñas historias o cuentos que conectaran con los conceptos arquetípicos de la astrología. Era mi manera de traducir lo abstracto en algo accesible, para que el paciente pudiera identificarse y entender mejor lo que estábamos trabajando en su carta natal. Ese ejercicio cotidiano, casi intuitivo, fue el que, con el tiempo, decantó y me llevó a reconectarme con la idea de escribir una novela. Fue un proceso de descubrimiento pausado pero natural, que se alineó perfectamente con el género que hoy tránsito, donde puedo explorar tanto las metáforas como las emociones desde un lugar más libre, abarcativo y profundo”, relata.