Empresarios pesqueros presionan para que los trabajadores acepten una reducción salarial del 30% y amenazan con cancelar la temporada de langostinos

El presidente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPECA), Eduardo Boiero, advirtió sobre la crítica situación que atraviesa el sector pesquero, especialmente la pesca de langostinos.

La combinación de altos costos de producción, la caída de los precios internacionales y los elevados costos laborales ha generado una profunda crisis en la industria, lo que ha llevado a los empresarios a presionar a los trabajadores para que acepten una reducción salarial del 30% o, de lo contrario, podría peligrar la temporada de pesca.

En declaraciones a Radio Rivadavia, Boiero explicó que el sector pesquero, que es el octavo complejo exportador de Argentina y genera importantes divisas para el país, está enfrentando una fuerte competencia internacional, especialmente en la pesca de langostinos. La llegada masiva de camarones de cultivo ha provocado una caída en los precios internacionales de la especie, cuyo valor pasó de ser superior a los 10 dólares por kilo a menos de 6 dólares en la actualidad.

A pesar de que la temporada de pesca de langostinos ya comenzó en aguas nacionales, Boiero señaló que las empresas pesqueras no están sacando sus barcos a pescar. «Si bien están los langostinos, están las empresas, están los tripulantes, están los barcos, no se está pescando», advirtió, lo que podría tener un impacto negativo en las exportaciones y en la generación de divisas para el país.

Uno de los principales factores que afecta a las empresas es el alto costo laboral a bordo de los barcos, sumado a las retenciones a las exportaciones que impone el gobierno. «Hemos pedido a ver si se pueden quitar, ya que como le quitaron a otras economías regionales…», expresó Boiero, quien también destacó que el aumento del Derecho Único de Extracción (DUE) y la inflación en dólares han deteriorado aún más la competitividad del sector.

En este contexto, los empresarios pesqueros están negociando con los gremios para modificar los convenios colectivos de trabajo, los cuales datan de un período en el que los precios del langostino eran considerablemente más altos. «Estamos tratando de llegar a un acuerdo con los gremios para poder hacer viable una operación que si no, no va a haber», sostuvo Boiero.

La paralización de la pesca de langostinos tendría un impacto directo en ciudades como Santa Cruz, Chubut y Buenos Aires, donde la actividad pesquera es una de las principales fuentes de empleo y desarrollo económico. Por el momento, las conversaciones entre los empresarios y el Gobierno se están llevando a cabo a través de los secretarios de pesca, aunque aún no se ha concretado una mesa tripartita que involucre a los gremios.

El futuro de la temporada de langostinos y de la estabilidad del sector pesquero depende de la resolución de esta crisis, en la que empresarios, trabajadores y el Gobierno deberán encontrar un equilibrio para asegurar la continuidad de la actividad.

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