El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, supervisó el reinicio de las obras en el Nuevo Centro Penitenciario Federal VII, ubicado en Marcos Paz, en el conurbano bonaerense.
Esta iniciativa tiene como objetivo trasladar a los detenidos alojados en las comisarías porteñas y en la cárcel de Devoto, lo que permitirá descongestionar estos lugares y mejorar las condiciones de seguridad en la ciudad.
Macri destacó que la reanudación de las obras es «una respuesta concreta para que los porteños vivan más seguros» y afirmó que lo prioritario es «resolver, no discutir». El reinicio de las obras se da tras una suspensión debido a las tensiones con el gobierno anterior, que dificultaron el traslado de detenidos desde las comisarías y alcaidías de la Ciudad.
“Hoy nuestras comisarías y alcaidías están llenas de detenidos por delitos federales. 9 de cada 10 detenidos no deberían estar allí, sino en cárceles como ésta. Esto no sólo pone en riesgo a los policías y al personal, sino que también afecta la seguridad y el bienestar de los vecinos”, señaló Macri, resaltando la importancia de contar con un espacio adecuado para la permanencia de los detenidos.
La nueva cárcel, ubicada en un predio de 80 hectáreas, tendrá una capacidad de 2.240 plazas. Estará dividida en varios sectores, con unidades de alojamiento, un área de salud, un gimnasio, un sector educativo para talleres de trabajo y capacitación laboral, y canchas de fútbol, entre otras instalaciones. Además, contará con áreas de visitas, un espacio para la distribución de raciones alimentarias y un área de videoconferencias para facilitar la comunicación entre internos y profesionales.
Macri también anunció que una vez que se autorice el traslado de los presos del penal de Devoto a Marcos Paz, la Legislatura porteña decidirá el uso de los terrenos de la antigua cárcel, situada en la Comuna 11.
En otro paso importante, en noviembre, el Gobierno de la Ciudad acordó con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, la creación de un Servicio Penitenciario porteño, lo que permitirá a la Ciudad hacerse cargo de la custodia de los detenidos por delitos no federales. Este acuerdo representa un avance hacia la autonomía de la Ciudad y un esfuerzo por mejorar la seguridad en la región.