Tras cinco días de viaje por tierra y sin necesidad de sedantes, la última elefanta del Ecoparque de Buenos Aires fue trasladada exitosamente al Santuario de Elefantes en Mato Grosso, Brasil. Con este hito, se completan las derivaciones de grandes especies del ex Zoológico porteño.
Luego de un extenso operativo logístico y sanitario, Pupy, la última elefanta que permanecía en el Ecoparque de Buenos Aires, arribó este viernes al mediodía al Santuario de Elefantes en Chapada dos Guimarães, Brasil, donde comenzará una nueva etapa de su vida en libertad y en contacto con la naturaleza.
El traslado marcó un hecho simbólico: Pupy fue el último animal de gran porte derivado desde el predio que hasta 2016 funcionó como el Zoológico porteño. Desde entonces, se transformó en un espacio de preservación, recuperación y reconversión para la fauna silvestre.
“Fue el último animal de gran tamaño que derivamos y ahora tendrá una mejor vida”, expresó el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien agradeció al equipo interviniente y recordó que “en el Ecoparque funciona un Hospital Veterinario de Fauna Silvestre donde se atienden animales rescatados en todo el país”.
Un viaje de 2.700 kilómetros y un operativo cuidado
El traslado por tierra se realizó en un camión acondicionado especialmente para asegurar el bienestar físico y emocional de la elefanta africana de 35 años. Durante el trayecto, Pupy no necesitó sedantes, y mostró tranquilidad, buen ánimo y una actitud colaborativa, según destacaron sus cuidadores.
A lo largo del recorrido, que duró cinco días, se realizaron paradas periódicas para monitorear su salud, alimentarla, hidratarla y entretenerla, con especial atención en su bienestar emocional.
Al llegar al Santuario, la puerta de la caja de traslado se abrió sin apuro. Pupy tuvo libertad para explorar el entorno a su ritmo, fue agasajada con su comida favorita —sandía y cañas— y recibió un refrescante baño ante miles de personas que siguieron la transmisión en vivo desde las redes del Ecoparque.
Un nuevo comienzo en libertad
Ubicado en el estado de Mato Grosso, el Santuario de Elefantes de Brasil es el primero en su tipo en América Latina y está gestionado por Global Sanctuary for Elephants junto con Elephant Voices. Su misión es ofrecer un ambiente seguro y natural para elefantes rescatados del cautiverio, permitiéndoles recuperar sus conductas naturales y socializar con otros individuos.
Actualmente, el santuario alberga a cinco elefantas asiáticas: Mara, Guillermina, Rana, Maia y Bambi. Como Pupy es de especie africana, vivirá en un sector separado, respetando las diferencias biológicas y de comportamiento entre ambas especies.
La zona cuenta con doble vallado, perímetros de seguridad y espacios diseñados para garantizar la privacidad y seguridad de los animales. En los próximos días, Pupy permanecerá en un área de adaptación y será acompañada de cerca por el equipo técnico, hasta que se sienta completamente cómoda en su nuevo hogar.
Una historia que se transforma
Pupy llegó al antiguo Zoológico de Buenos Aires en mayo de 1993. Su traslado al Santuario forma parte de una política iniciada en 2016 con la reconversión del zoo en el actual Ecoparque, orientado a la conservación, rehabilitación y educación ambiental.
Desde entonces, ya se realizaron 1.010 derivaciones de fauna silvestre y exótica, todas con resultados exitosos, gracias a la coordinación entre el Gobierno de la Ciudad, organizaciones especializadas como la Fundación Franz Weber, y profesionales del bienestar animal.
Con esta última derivación de gran porte, el Ecoparque finaliza una etapa clave en su transformación. Los animales exóticos que aún permanecen en el predio son gerontes o presentan condiciones de salud que imposibilitan su traslado, aunque siguen siendo atendidos con todos los cuidados necesarios.
Una victoria para el bienestar animal
El caso de Pupy es mucho más que un traslado: es un símbolo del cambio de paradigma en la relación con los animales silvestres. Del cautiverio a la conservación, del encierro a la libertad, su historia representa el camino hacia un modelo más justo y respetuoso con la vida animal.