El elevado costo del financiamiento para el desarrollo está frenando el progreso y profundizando las desigualdades, afirmó el 25 de noviembre la Secretaria General de ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan, quien hizo un llamado urgente a la acción.
“Detrás de estos términos macroeconómicos y debates políticos hay personas reales: hombres, mujeres y niños cuyas vidas están profundamente afectadas por las decisiones que tomamos aquí”, declaró Grynspan al inaugurar una reunión de alto nivel en Ginebra, Suiza.
La sesión de tres días reúne a altos funcionarios de gobiernos, bancos de desarrollo, agencias de calificación crediticia y organizaciones internacionales, junto con expertos financieros y académicos, para abordar los elevados costos del financiamiento en los países en desarrollo.
‘No es solo un síntoma’
La reunión se celebra en un contexto desafiante, marcado por un crecimiento global insuficiente para satisfacer las necesidades de desarrollo, altos niveles de deuda en el Sur Global, baja inversión extranjera, comercio fragmentado y tensiones geopolíticas.
“El elevado costo del financiamiento no es solo un síntoma, sino un factor significativo que contribuye a los desafíos que enfrentamos”, afirmó Grynspan, describiéndolo como un problema estructural. Los altos costos de endeudamiento frenan el crecimiento y agotan los recursos financieros.
Los países en desarrollo enfrentan pagos de deuda crecientes, mercados cambiarios volátiles y condiciones financieras globales más estrictas que limitan las inversiones en infraestructura, servicios sociales y acción climática.
En 2023, los pagos de intereses externos aumentaron considerablemente. Las economías de ingresos bajos y medios bajos – también conocidas como economías de mercados fronterizos – registraron un aumento del 42 %, mientras que otras economías en desarrollo enfrentaron un incremento del 112 %.
Entre 2010 y 2023, los costos de intereses externos en los mercados fronterizos aumentaron en promedio un 15,5 % anual, el doble de la tasa de otros grupos.
Además, en 2023, un récord de 54 países en desarrollo destinaron al menos el 10 % de los fondos gubernamentales al pago de intereses de la deuda.
“En un mundo donde 3.300 millones de personas viven en países que gastan más en servicio de la deuda que en salud o educación, esta es una cuestión especialmente preocupante”, destacó Grynspan.
Desigualdades arraigadas
Los altos costos del capital suelen atribuirse al mayor riesgo de los países en desarrollo, pero gran parte de los riesgos provienen de factores externos, explicó Grynspan.
El acceso limitado a divisas, los préstamos condicionados y las deudas acumuladas tras crisis pasadas, como la pandemia de COVID-19, dejan a muchos países en desarrollo mal preparadas para enfrentar choques, lo que eleva sus costos de endeudamiento.
“El mismo huracán puede golpear a Miami y a Haití, pero la devastación será muy diferente”, señaló Grynspan, agregando que los elevados costos del capital en el Sur Global reflejan una arquitectura financiera internacional que trata a los países de manera desigual y carece de una red de seguridad universal.
Esto agrava aún más las desigualdades existentes. África enfrenta costos de financiamiento entre dos y cuatro veces mayores que el promedio de Estados Unidos y hasta 12 veces mayores que en Alemania, según el informe Un mundo de deuda (A world of debt en inglés) de UNCTAD.
“Si el desarrollo es una carrera, los elevados costos del capital son como zapatos pesados”, afirmó Grynspan. “Quienes están más atrás cargan con zapatos más pesados y, por lo tanto, tienen menos posibilidades de alcanzar a los demás”.
Agenda para la acción
La reunión abordará los factores sistémicos que impulsan los elevados costos del financiamiento, como el papel de los mercados de divisas y el privilegio de unas pocas monedas principales.
El dólar estadounidense, por ejemplo, representa el 70 % de las transacciones internacionales. Dado que la mayoría de las economías en desarrollo no emiten monedas internacionales, están expuestas a una mayor volatilidad y a primas de riesgo que incrementan sus costos de endeudamiento.
Para mitigar estos riesgos, muchos países en desarrollo mantienen grandes reservas de divisas, una estrategia costosa que desvía fondos domésticos de inversiones esenciales y canaliza ahorros nacionales hacia naciones más ricas.
Otro tema en la agenda es el impacto de las calificaciones crediticias soberanas en el costo del endeudamiento.
Los países en desarrollo pagan en promedio unos 200 puntos básicos más que los países desarrollados por calificaciones crediticias comparables.
Estas calificaciones a menudo determinan si un país puede acceder al capital. Por ejemplo, 22 países africanos no están calificados por agencias de crédito internacionales, lo que limita su acceso a los mercados de capital.
Soluciones innovadoras
Las discusiones explorarán soluciones como el papel que las instituciones financieras internacionales y los bancos de desarrollo podrían desempeñar para mejorar el acceso a financiamiento menos costoso y a largo plazo.
Los proyectos que involucran a bancos multilaterales de desarrollo en asociaciones público-privadas reducen los costos de capital en un 40 %, según un informe de ONU Comercio y Desarrollo. La iniciativa de estímulo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Secretario General de la ONU pide a estos bancos aumentar su capacidad de préstamo anual a al menos 500.000 millones de dólares para 2030.
La reunión también examinará cómo herramientas innovadoras, como los canjes de deuda por desarrollo, las finanzas mixtas y los bonos verdes, podrían reducir los costos de financiamiento en áreas clave como la seguridad alimentaria, la transición energética y la infraestructura digital.
“Hay muchas cosas que podemos hacer juntos para reducir los costos del capital y enfrentar estos desafíos de manera colectiva”, afirmó Grynspan.
Los expertos aprovecharán sus experiencias para proponer políticas concretas a nivel nacional, regional e internacional, con el objetivo de reducir las cargas de deuda de las economías en desarrollo y mitigar sus vulnerabilidades financieras.
Un momento crucial
La reunión tiene lugar tras la 29a cumbre climática de la ONU (COP29), que concluyó el 24 de noviembre con el compromiso de los países desarrollados de aportar al menos 300.000 millones de dólares anuales para ayudar a las naciones en desarrollo a proteger a sus poblaciones y economías frente a los impactos del cambio climático.
Aunque esta promesa triplica el objetivo actual de 100.000 millones de dólares, que caduca en 2025, los países en desarrollo señalaron que sigue siendo insuficiente para abordar las complejidades de la crisis climática.
El acuerdo, conocido como el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiamiento Climático, tiene como meta movilizar 1,3 billones de dólares al año de todas las fuentes para 2035.
Antes de la COP29, ONU Comercio y Desarrollo publicó nuevos cálculos que estiman que los países en desarrollo necesitarán 1,1 billones de dólares anuales en financiamiento climático para 2025, aumentando a 1,8 billones para 2030.
La reunión de expertos sobre financiamiento para el desarrollo retoma el impulso del Paris Summit for a New Global Financing Pact y contribuye a sentar las bases para la 4a Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, programada para junio de 2025 en Sevilla, España.
Grynspan instó a los participantes a abordar las discusiones con urgencia y determinación. “El elevado costo del financiamiento se traduce en oportunidades perdidas, medios de vida disminuidos y un potencial no realizado”.