«Aquí te dan aliento para seguir»: Víctor, quien padece Parkinson, recuperó su fuerza gracias a la rehabilitación en Tucumán

Víctor José Miraglia, de 64 años, fue diagnosticado con Parkinson y llegó al servicio de rehabilitación del hospital de Lules tras experimentar una pérdida de fuerza tan significativa que no podía realizar tareas cotidianas como girarse en su cama. Tras recibir la recomendación de su neuróloga, comenzó un tratamiento de fisioterapia que, en poco tiempo, cambió su vida por completo.

“Mi neuróloga me indicó que debía hacer rehabilitación para recuperar la fuerza, y fue en el hospital donde empecé a practicar ejercicios. Poco a poco comencé a sentirme mejor. Hace seis meses que vengo de manera regular y logré andar en bicicleta nuevamente y practicar varios deportes”, afirmó Víctor, quien ha experimentado una notable mejoría.

A lo largo de su tratamiento, Víctor destacó la amabilidad y el trato humano que recibió en el servicio de rehabilitación, donde el equipo priorizó una atención empática y especializada, teniendo en cuenta su condición médica. “Los kinesiólogos me hicieron practicar todo tipo de ejercicios, y hoy tengo fuerza. No solo en lo físico, mi mentalidad también ha cambiado. Antes temblaba mucho, pensaba que esto era horrible, pero ahora lo veo como un desafío que debo enfrentar con la ayuda de estos profesionales”, expresó con emoción.

El vínculo creado con los kinesiólogos, quienes se convirtieron en amigos para Víctor, fue clave en su recuperación. “El trato, la paciencia y la dedicación que me brindaron tiene mucho valor para mí. Me hicieron sentir como parte de una familia y eso me dio ganas de seguir, por eso no falté a ninguna sesión”, contó.

Gracias a la rehabilitación, Víctor experimentó una transformación tan profunda que su familia y amigos lo ven como una persona completamente distinta. “Mis compañeros de fútbol me dicen que soy otro, ya no pongo excusas para jugar o entrenar. Gracias a la rehabilitación, logré jugar al pádel, mi deporte favorito, algo que pensé que nunca podría hacer de nuevo”, dijo emocionado.

La kinesióloga del servicio de rehabilitación, Rosa Eloísa Chávez, recordó que cuando Víctor llegó al hospital, estaba muy deprimido debido a su diagnóstico. “Lo primero que hicimos fue trabajar en su parte emocional, escuchando sus miedos e inseguridades, mientras también lo preparábamos físicamente. Con objetivos a corto y largo plazo, él respondió muy bien y comenzó a salir adelante”, relató la profesional.

Junto al psicomotricista Alejandro Medina, el equipo del hospital de Lules brindó un apoyo integral a Víctor, ayudándole a recuperar tanto su salud física como su bienestar emocional. Hoy, tanto Víctor como los profesionales del hospital se sienten orgullosos de los avances logrados, que se deben no solo a la dedicación del paciente, sino también a un enfoque humano y empático en la rehabilitación.

El caso de Víctor es un ejemplo inspirador de cómo, con esfuerzo y el apoyo adecuado, es posible superar grandes desafíos y recuperar la calidad de vida, demostrando que la rehabilitación no solo transforma el cuerpo, sino también la mente y el espíritu.

WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com