REPRESION BLANDA EN LA ARGENTINA?

Represión blanda

represión blanda
✍️ Por EMILIO AUGUSTO RAFFO 📰

Pareciera en estos tiempos que se habría “naturalizado” que represores condenados por delitos de lesa humanidad puedan hacer peticiones respecto a esos sucesos, en parte, condenados, desde sus establecimientos carcelarios de detención, o de sus domicilios (mediante decisiones que tendrían como objetivo a morigerar la suerte de estos criminales) y en algunos casos en espacios públicos.

En igual sentido funcionarios públicos….en algunos casos ungidos como tales por el voto de la ciudadanía.

Es una suerte de naturalización de la vulneración del pacto de civilidad de las fuerzas democráticas y de un gran esfuerzo de parte del Poder Judicial.

Hace ya casi diez años el entonces Jefe de Gobierno de la Capital Federal, Ing. Mauricio Macri, señalaba que era hora de terminar “con el curro de los derechos humanos”

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Criterio que en apariencia fuera compartido entonces por la ex Ministra del Gobierno de la Alianza de De La Rúa, señora Fernández Meijide. En su momento nos hemos referido a otras expresiones de la señora.

Ahora bien, veamos que debe entenderse por “currar”. (Del caló currar; cf. sánscr. kṛnoti, hacer).

1. intr. coloq. trabajar.

2. tr. vulg. Arg. estafar (‖ pedir o sacar dinero con engaños).

De lo dicho por Macri, se anunciaba que el dejaría de “trabajar” en defensa de los derechos humanos, pues si – por el contrario- alguien ha dedicado a “estafar” al erario o la Fe públicas en una materia tan sensible como los derechos humanos , el camino es la denuncia judicial para que se ponga en funcionamiento la maquinaria investigativa. (Jueces y Fiscales amigos no le faltarán para ello).

Para hacer un somero análisis sobre el tema deberíamos señalar, según nuestra óptica, y sólo por tomar un parámetro de análisis, como y cuando se han producido la violación de Derechos Humanos en la Argentina.

Debemos remontarnos en consecuencia, al 6 de setiembre de 1930, cuando se produjo el Golpe de Estado contra el Presidente Yrigoyen, deponiéndolo y encarcelándolo.

Se conculcaron entonces los derechos humanos de los ciudadanos, impidiéndoles, por ejemplo, elegir y ser elegidos.

También se conculcaron y violaron los Derechos Humanos el 16 de setiembre de 1955 ( meses antes lo mismo al bombardear a civiles en Plaza de Mayo con aviones pertenecientes a nuestras Fuerzas Armadas), no sólo acá se inició un tenebroso período de proscripción política, de censura, sino también encarcelamiento, torturas y fusilamientos clandestinos, en nombre de “la democracia y la libertad”.

También debemos recordar el tristemente célebre “Plan Conintes” y los derrocamientos de los gobiernos constitucionales de Arturo Frondizi y Arturo Ilia . Se continuaron así violándose los derechos humanos de la ciudadanía en general y de los integrantes del Movimiento Justicialista en particular.

Nos permitimos entonces recordar el desconocimiento de la voluntad popular expresada libremente en las urnas y no admitir el triunfo del candidato a Gobernador bonaerense Andrés Framini por la sola razón de ser “peronista”.

Se encarceló a dirigentes y militantes de diversas extracciones ideológicas, existieron casos de torturas y hasta fusilamientos públicos, en las calles como en Wiliam Morris o en las cárceles como en Trelew el fatídico 22 de agosto de 1972.

El Gobierno constitucional que asumiera el 25 de mayo de 1973 no alcanzó a reparar semejantes latrocinios, tal vez, por la fuerte oposición de los sectores más cercanos a quienes conculcaran durante décadas los derechos esenciales en la Argentina, y por qué no decirlo por las luchas intestinas del Movimiento Nacional.

El 24 de marzo de 1976 se produce el último golpe de estado dando cabida a una nueva dictadura cívico militar (las anteriores también lo fueron), en el que primó el conculcamiento de los derechos humanos, tortura, desapariciones, muerte, supresión de identidad, un plan sistemático de apropiación de menores, proscripción, al margen de la derogación de los derechos políticos de la ciudadanía, que ya había sido convocada para que en pocos meses, procediera a elegir a la totalidad de los representantes a cargos públicos electivos, nacionales, provinciales y municipales.

A esta altura del relato me permito preguntar ¡¿Dónde estaba esta gente cuando se violaban sistemáticamente los Derechos Humanos esenciales en la Argentina con la anuencia y el apoyo de potencias extranjeras?

Lo mismo respecto a dirigentes que en la actualidad reivindican esos hechos atroces?

Veamos entonces la contracara de este latrocinio: A partir del 30 de octubre de 1983, el Gobierno Constitucional del Presidente Raúl Alfonsín, en una medida inédita e históricamente relevante, dispuso los llamados Juicios a las Juntas Militares usurpadoras del poder político entre 1976 y 1983, en los cuales se garantizaron los derechos de defensa de todos los acusados, (es decir se le garantizaron los derechos humanos a quienes los violaran ostensiblemente en forma pública y con la anuencia de los sectores civiles que participaran de esta oscura etapa).

Como resultado de estos juicios, fueron condenados y luego indultados por el Gobierno del Presidente Menem.

Antes de ello, las presiones militares, dieron lugar a la sanción de las leyes de Obediencia Debida y Punto final y la asonada producida en Semana Santa de 1987.

Esta patoteada militar encontró al pueblo argentino, de pié unido y apoyando incondicionalmente al Gobierno Constitucional del Dr. Alfonsín, es recordada la foto junto a Antonio Cafiero, Ítalo Luder, Leónidas Saadi, etc. y otros dirigentes que ponían de manifiesto la representación de toda la ciudadanía que espontáneamente, se auto convocó a la Plaza de Mayo.

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Pareciera que muchos, lamentablemente, consideran que los derechos humanos fueron violados – desde el estado con participación de fuerzas armadas, de seguridad y el apoyo de civiles- solamente a partir del 24 de marzo de 1976.

Y otros estiman que las reparaciones establecidas por el Congreso Nacional, resultan un “curro” como vulgarmente las define el ex Alcalde y ex Presidente y avala la ex Ministra y que ciertos medios de difusión se encargan de ensalzar, y que hoy encuentran su correlato en una disposición que se habría adoptado en el Edificio de Tribunales de la Capital Federal removiendo las mencionadas placas del Salón de la Memoria (como si con ellos se limpie lo allí ventilado) y de algunos dirigentes que responden al actual Gobierno Nacional o de los sectores que con su voto permitieran su triunfo en 2023.

Debemos resaltar ahora que nuestro sistema Republicano de Gobierno, se encuentra forjado en tres ejes esenciales, lo poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo. Estos tres engranajes del Gobierno Argentino tuvieron participación innegable, tanto derogando aquellas leyes que les habían sacado bajo presión, declarando su nulidad y determinando los caminos a seguir procurando el juzgamiento de todos los responsables del vulneramiento de los derechos humanos, principalmente a partir de 2003

El Gobierno Nacional se encargó de “currar” para reparar el vulneramiento de los derechos humanos, entienda Ing. Macri, “currar” en el sentido de “trabajar” conforme el diccionario de la RAE transcripto más arriba

Y no sólo, a aquellos hechos sucedidos a partir de 1976, fueron aún más atrás

En efecto El 15 de octubre de 2012 el Tribunal Federal de Comodoro Rivadavia resolvió condenar a prisión perpetua a Emilio Del Real, Luis Sosa y Carlos Marandino como autores de 16 homicidios y tres tentativas y declarar a los crímenes cometidos de «lesa humanidad»

Me preguntaba más arriba en donde estaban muchos de los que hoy hablan cuando se violaban los derechos humanos, cuando se apañaba a los autores de dichos actos aberrantes o cuando el Poder Judicial, en base a una decisión sin precedentes en 1983, comenzaba un derrotero irreversible de vigencia plena de la Democracia, de la República y en consecuencia de la vigencia de los Derechos Humanos, plasmada luego en lal reforma constitucional de 1994

Lo que sí puedo decir donde estoy yo (como simple ciudadano) …del lado del respeto irrestricto del cumplimiento de nuestra Constitución, de las leyes y de la vigencia inclaudicable de los derechos humanos alentando a aquellos resueltos a “currar” (“trabajar”) en tal sentido.

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